Un equipo de científicos de la Universidad de Nuevo México y de otras instituciones ha detectado el eco lunar de señal de radar con menor frecuencia captada por receptores situados en la Tierra.
En este experimento sobre el eco lunar, un transmisor de alta potencia, ubicado cerca de Gakona, Alaska, lanzó ondas de radio de alta energía hacia la Luna. La señal reflejada, debilitada por el largo recorrido de ida y vuelta a la Luna, fue detectada por antenas receptoras emplazadas en Nuevo México.
El análisis de este eco brinda información sobre las propiedades de la topografía de la superficie lunar y hasta de parte del subsuelo, ya que las ondas de baja frecuencia del radar se propagan hasta profundidades variables bajo la superficie visible de la Luna. Se trata de algo parecido a los sonares, con la diferencia de que los investigadores han empleado ondas electromagnéticas en lugar de ondas sonoras. Este experimento también permite a los científicos estudiar la interacción de la señal de eco con la ionosfera de la Tierra en su camino de vuelta, pues la ionosfera es sólo parcialmente transparente a las bajas frecuencias.
La detección de señales de radio tan débiles después de su viaje de ida y vuelta a la Luna, fue un desafío y requirió la modificación cuidadosa de las antenas para mejorar su rendimiento a dichas frecuencias.
Uno de los éxitos de este experimento ha sido demostrar que esas antenas pueden operar a frecuencias más bajas que las establecidas en su diseño nominal.
El sistema emisor fue preparado para apuntar a unos 45 grados del cenit. Toda su capacidad energética, unos 3,6 megavatios, se utilizó para transmitir pulsos de dos segundos de duración, cada cinco segundos, durante un periodo de dos horas cada día. El uso de tal patrón de pulsos es lo que produce el eco, que retorna de la Luna 2,4 segundos después, siendo reconocido inmediatamente, y permitiendo a los científicos distinguir entre el eco lunar y la señal original enviada. Esta señal original llegó a las antenas receptoras de Nuevo México por su parcial reflexión en la parte inferior de la ionosfera, la región de la atmósfera terrestre que se encuentra entre los 50 y los 400 kilómetros de altitud y que está parcialmente ionizada por las radiaciones solares.
Se cree que estas mediciones del eco lunar a 7,4075 megahercios ostentan la frecuencia más baja (con la mayor longitud de onda) a la cual se han llevado a cabo las mediciones con este tipo de radar.
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